Aunque el invierno esté en pleno, nos avisa que ya es hora de revisar los kilos tapados en cuanta ropa pillamos para abrigarnos en esta rigurosa estación, sin dejar de mencionar las calorías que ayudan a cubrirnos del frío. Es que sería un pecado dejar pasar las ricas sopaipillas invernales, sopitas graso-calóricas, suculentas cazuelas, masas llenadoras, etc. Además del "picoteo" de pasteles y chocolates de los que me hice adicta en el embarazo.
Y aún falta el extenso “18”-con sus 6 días- que se nos viene encima, empanadas de variados rellenos, asados, parrilladas, vinitos y hasta un buen pastel de choclo es aceptable.
Pero de ahí viene el largo y tortuoso camino del arrepentimiento y los intentos del “mañana empiezo”.
Acompañada de una dieta sana, rica en fibras y con abundante agua aparecerán las primeras elongaciones acusadoras de meses de “dejarnos estar” sin actividad física. Las olvidadas y detestables abdominales “apretadoras” tendrán que hacer su ingreso a la rutina, también las pesas elaboradas artesanalmente para exterminar el “chaito” (o saludo de la reina), sin olvidar las fatigosas y útiles sentadillas para apretar glúteos y muslos “soltados” por el posparto y el flojo invierno. O sea, empezar de cero.
Para qué andamos con cosas, restan sólo 2 meses para que comience a subir la temperatura y tengamos que deshacernos de las gruesas ropas y renovar atuendos para la próxima temporada que delatará los músculos en reposo producto del sedentarismo.
No sé qué es peor y menos fashion, ser chica y parecer un tapón de artesa o ser alta y andar como ropero de tres cuerpos por la vida, por eso es mejor ponerse en campaña y ensayar desde ya, porque después del largo y calórico 18, sin excusas ”el lunes empiezo”.
25.7.07
18.7.07
CARIÑO MALO
A propósito de homicidio -con suicidio incluido- por amor, más cerca que la hace unos días conocida por las noticias, nos ronda otra historia real de “mal de amores” y que coincidentemente incluye un ajedrecista (no el mío por cierto). Sicopateos variados con obsesiones descontroladas se han hecho presente.
No es necesario nombrar en detalle a los protagonistas del drama-comedia que nos llevan a cuestionarnos, reírnos y opinar sobre la mente del ser humano (en especial de una).
La historia es más o menos así, si uno ha sido quien en reiteradas y seguidas oportunidades a “pateado” a la pareja de varios años no podemos ser tan descaradas de reclamar si él se aburre de esta dinámica y encuentra a “otra” en poco tiempo. O sea, está bien, le haríamos y nos haríamos mil preguntas como en qué fallé, no me quería lo suficiente, no era para él, la tenía de antes, qué tiene ella que no tuve yo, tanto tiempo para qué, puta que las cagué y etc. Tal vez y por un tiempo prudente escucharíamos canciones cebollas que nos den para llorar masoquistamente más por lo perdido, pero de ahí a seguir buscando casi diariamente por más de un año con llamadas y mensajes penosos, metiéndonos la dignidad por ahí mismo a tal punto de amenazarlo con suicidio si no tenemos una respuesta positiva, y más aun, vernos tan desesperadas y comenzar a sicopatear a la “que ocupa nuestro lugar” todo por no soportar que ahora “fuimos”. Pero me pregunto, él tendrá alguna culpa si todavía presta atención a estas manipulaciones?
Reconozco haber hecho alguna locura impulsiva hace bastantes años (de lo que no me siento orgullosa) y ser media lunática (por mi regente) pero esto no será como muscho?! Sólo falta Carlos Pinto apareciendo entre la penumbra.
Definitivamente esto es lo que hace que nuestro género sea visto universalmente como de histéricas y locas.
Concluyamos.
Para qué están los sicólogos y siquiatras si no ayudan a sus habituales pacientes con sus desequilibrios o por lo menos si las terapias no son efectivas deberían obligarlas a llevar colgado al cuello una identificación de “inestabilidad mental” que les permita ingresar sólo a lugares habilitados, o mejor, cada persona deberíamos llevar tatuado un código de barra con el número que indique nuestro estado amoroso-intelectual o como los envases rotulados con información nutricional podríamos llevar el porcentaje de inteligencia emocional para cada situación y si no causamos daño físico o mental a quienes nos rodean. Otra solución es, antes de internarnos en una relación amorosa, presentar y exigir un currículum vitae afectivo, que incluya experiencia sentimental.
Con estas alternativas cada uno elegiría y aceptaría informado, evitando un futuro titular amarillista de La Cuarta en los 80’s. O mejor sería todas las anteriores?
No es necesario nombrar en detalle a los protagonistas del drama-comedia que nos llevan a cuestionarnos, reírnos y opinar sobre la mente del ser humano (en especial de una).
La historia es más o menos así, si uno ha sido quien en reiteradas y seguidas oportunidades a “pateado” a la pareja de varios años no podemos ser tan descaradas de reclamar si él se aburre de esta dinámica y encuentra a “otra” en poco tiempo. O sea, está bien, le haríamos y nos haríamos mil preguntas como en qué fallé, no me quería lo suficiente, no era para él, la tenía de antes, qué tiene ella que no tuve yo, tanto tiempo para qué, puta que las cagué y etc. Tal vez y por un tiempo prudente escucharíamos canciones cebollas que nos den para llorar masoquistamente más por lo perdido, pero de ahí a seguir buscando casi diariamente por más de un año con llamadas y mensajes penosos, metiéndonos la dignidad por ahí mismo a tal punto de amenazarlo con suicidio si no tenemos una respuesta positiva, y más aun, vernos tan desesperadas y comenzar a sicopatear a la “que ocupa nuestro lugar” todo por no soportar que ahora “fuimos”. Pero me pregunto, él tendrá alguna culpa si todavía presta atención a estas manipulaciones?
Reconozco haber hecho alguna locura impulsiva hace bastantes años (de lo que no me siento orgullosa) y ser media lunática (por mi regente) pero esto no será como muscho?! Sólo falta Carlos Pinto apareciendo entre la penumbra.
Definitivamente esto es lo que hace que nuestro género sea visto universalmente como de histéricas y locas.
Concluyamos.
Para qué están los sicólogos y siquiatras si no ayudan a sus habituales pacientes con sus desequilibrios o por lo menos si las terapias no son efectivas deberían obligarlas a llevar colgado al cuello una identificación de “inestabilidad mental” que les permita ingresar sólo a lugares habilitados, o mejor, cada persona deberíamos llevar tatuado un código de barra con el número que indique nuestro estado amoroso-intelectual o como los envases rotulados con información nutricional podríamos llevar el porcentaje de inteligencia emocional para cada situación y si no causamos daño físico o mental a quienes nos rodean. Otra solución es, antes de internarnos en una relación amorosa, presentar y exigir un currículum vitae afectivo, que incluya experiencia sentimental.
Con estas alternativas cada uno elegiría y aceptaría informado, evitando un futuro titular amarillista de La Cuarta en los 80’s. O mejor sería todas las anteriores?
2.7.07
ESO QUE PASA ANTES DE LOS 30…
Mis recién comenzados 29 años han dado buena señal para los próximos 12 meses que vienen.
Mi último año dentro de las 2 décadas me preparan para comenzar el número que la mayoría de mis cercanos ya están viviendo (unos hace rato ya) el terreno está más que vivido.
El día del cumple en sí, fue bien movido, comparado al anterior que fue más bien en pareja, esta vez visitas esperadas de personajes australes y locales crearon un clima sureño-festivo.
La mañana comenzó con una ida frustrada al cine (por diversos etcs.) nos quedamos con las ganas de disfrutar de cintas Francesas que la cartelera del momento nos ofrecía.
Anyway.
El día siguió con una tarde familiar que logró juntar a representantes de cada familia Guzmán, 4 décadas en pleno. Sumado a la celebración el otro coincidente cumpleañero, Cristian, seguido por su futura señora, o sea mi socia-comadre Andrea ja.
La jornada terminó con una merecida salida después de meses dedicados al cuidado de mi nuevo rol. El cuarteto de siempre nos internamos (la mayoría por primera vez) en el submundo del Bunker. Debo confesar que aunque quise disfrutar como antes del jolgorio nocturno fue inevitable desconectarme de mi hija que estuvo presente en cada segundo de la noche. Un par de horas fueron suficientes por esta vez, de a poco iré reintegrándome (y cuando sea posible) al “no dormir” pero fuera de esta nueva rutina.
Mi último año dentro de las 2 décadas me preparan para comenzar el número que la mayoría de mis cercanos ya están viviendo (unos hace rato ya) el terreno está más que vivido.
El día del cumple en sí, fue bien movido, comparado al anterior que fue más bien en pareja, esta vez visitas esperadas de personajes australes y locales crearon un clima sureño-festivo.
La mañana comenzó con una ida frustrada al cine (por diversos etcs.) nos quedamos con las ganas de disfrutar de cintas Francesas que la cartelera del momento nos ofrecía.
Anyway.
El día siguió con una tarde familiar que logró juntar a representantes de cada familia Guzmán, 4 décadas en pleno. Sumado a la celebración el otro coincidente cumpleañero, Cristian, seguido por su futura señora, o sea mi socia-comadre Andrea ja.
La jornada terminó con una merecida salida después de meses dedicados al cuidado de mi nuevo rol. El cuarteto de siempre nos internamos (la mayoría por primera vez) en el submundo del Bunker. Debo confesar que aunque quise disfrutar como antes del jolgorio nocturno fue inevitable desconectarme de mi hija que estuvo presente en cada segundo de la noche. Un par de horas fueron suficientes por esta vez, de a poco iré reintegrándome (y cuando sea posible) al “no dormir” pero fuera de esta nueva rutina.
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