14.10.11

torturada

Definitivamente no sé qué es peor, ir al dentista o al ginecólogo, las 2 me parecen muy desagradables, dolorosas e invasivas. A las 2 les hago el quite, al dentista tendría que haber ido hace MESES, me avergüenza reconocer que aún no termino un tratamiento que comencé hace 2 ó 3 años, no lo recuerdo, aparte que no tengo mucho tiempo y trato de hacerme la loca con volver a someterme a la tortura odontológica.
Y el famoso gineco-obstetra, horror, desagradable, o sea que la María Izquierdo haya disfrutado tanto la visita en la película "Sexo con Amor" NO SE LO CREO!! las mujeres tenemos que pasar por exámenes anuales dolorosamente necesarios, teniendo que soportar distintos tipos de aparatos fríos y prehistóricos que penetren en el lugar que debería ser sólo para pasarlo bien.

Pero bueno, habrá que soportar por mientras no se invente algo menos torturante para la revisión periódica de los distintos "puntos" del cuerpo.

6.10.11

Sedentaria yo? Generalmente


Pucha oh que cuesta volver a una rutina física, digo de ejercicio individual, hasta el pilates lo tengo en espera, y teniendo gimnasio en el edificio no he podido usarlo en forma periódica (ni me hago el hábito). Por lo menos la bicicleta urbana ha sido usada un poco más.

Cómo olvidar mi rutina diaria de hace 12 kilos atrás, cuando mi cuerpo tenía una rutina deportiva de 45 min. diarios, con 400 abdominales y etcs. Ahora ni siquiera he comprobado cuántos logro hacer en un minuto, que horrible, pero como dijo mi masajista que los músculos tienen memoria (creo haber escrito esto alguna vez) mi época de atleta de infancia y mis años de constante ejercicio debería tener contundentes resultados si me aplico desde... pronto.


(esta es mi entrada nº 300, ufff)

5.10.11

La Repartija

Ahora a todas les dio por tener guagua. No sé si es por la edad de mis conocidas donde ya comienza el planteamiento de ser mamás o es el afloramiento compulsivo y colectivo del instinto materno que hace honor al año del conejo.

Yo NI LOCA tendría un tercer embarazo, me muero, me mato, es que NI CAGANDO volvería a pasar por un embarazo (bueno, tampoco puedo) volver a sentirme fatigada, engordar 10 kilos en tiempo record y que bajen en tiempo tortuga, que el cuerpo cambie estructuralmente, tener las manos y pies como empanadas de queso, hacer pipí cada 15 minutos, andar ahogada (no por el síndrome de Olguita Marina el que padezco hace tanto, si no que por falta de aire), dejar de lado el sexo porque la placenta no se qué, tener exámenes desagradables, dejar de tomar y fumar por ende dejar la vida social casi por completo, dejar de lado ciertas comidas porque si no es por la salmonella es por el staphylococcus aureus, que las hormonas te andan trayendo como se les antoja, en fin... la lista es ENORME, cosas que no quiero ni recordar. Y el tema cuando la criatura llega es otro cuento, pero mejor no ahondar en ese tema que ha sido recurrente en este blog.

Bueno, el caso es que ya varias de mis amigas, familiares están en el famoso estado de "gravidez", otras tuvieron hace poco y un par están en campaña y las cosas que me llegan de regreso que eran de la Colomba ahora las usa la Gabriela, y después de que la Gabriela las deje de usar me toca comenzar a hacer la selección de qué cosa, ropa, artefacto, utensilio le paso a quién, más encima que ahora la mayoría tiene niñitas se pelean las cosas de mis hijas. Por ahora ya tengo cosas que dejaré de herencia y como las guaguas crecen tan rápido las cosas no se usan tanto, pero la ropa no se alcanza a enfriar cuando ya pasa a otra criatura.


(Como dijo mi amiga Ceci que no la iba a convencer y que si le pasaba algo parecido que a la mayoría que mejor le dijera "yo te lo dije" )