Después de varios intentos por buscar alguna solución a mi nocturno vomitivo problema he llegado a la conclusión de dormir sentada, es lo más incomodo pero único recurso para no seguir con esta dinámica casi bulímica que he llevado ya por más de un mes... si supuestamente son normales las náuseas y vómitos matutinos en los primeros meses por qué a mí me tiene que dar ahora que ya estoy en la recta final del asunto (y eso que en más de alguna oportunidad fueron mi visita en el comienzo del proceso)las explicaciones y respuestas son las más obvias, pero aun así ésta situación es ultra desagradable y mata pasiones.
Como iba diciendo, fueron muchas las soluciones que busqué para llegar a la acertada, desde pastillas (que siguen dentro del ritual), comer o dejar de comer ciertos alimentos, probar diferentes horarios de última cena, tomar o dejar de tomar agua, etc... y hace un par de días llegué a la correcta, dormir en 90º. Por el momento y mientras me acostumbro despierto con un leve dolor de cuello, pero nada se compara con esas noches de terror en que mi ya amigo WC tuvo que consolarme.
Ahora es como si fuera viajando de noche en un típico bus clásico, pero con la suerte de no tener que aguantar el ruidito del motor, ni soportar ronquidos del compañero de asiento que me toque al azar o si llegaré a destino “sin novedad”, muy por el contrario, estoy en una cómoda y amplia camita y por último los sonidos son de mi (elegido) compañero de viaje con el que optamos por el mismo y seguro destino.
3 comentarios:
TRANQUILA MUJER....ya pasara todo eso...en un par de meses te estaras riendo cuando recuerdes esos "agradables" momentos....queda tan poquito, fue una larga y a veces incomoda espera...pero valdrá la pena. Un besote gigante, de quine no se olvida de ti, VERIN
Vaya, connotaciones poéticas resultó al final, romanticismo por sobre todas las cosas, estás metida en sucesos Bukowskianos, al igual que el viejo entre hedores, vómitos de copetes, y pelos en las encías... no abandonó la sensualidad.
Todo lo pasado vale la pena para tenerla con nosotros... absolutamente!
Ni los sonidos, aromas o extraños pelos del fiel acompañante abandonan el romanticismo y la efusión de los momentos.
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