De todos los tamaños y formas, este es realmente un tema para nosotras, la mayoría de las féminas reclamamos insatisfechas que tenemos mucho o muy poco, porque unas quieren las de las otras y así nos vamos quejando por la vida acomplejadas por el estado del parcito.
Ya es un tema encontrar un sostén que nos guste en diseño y que nos quede bien, que no apriete por aquí y más suelto por acá y para qué hablar del precio, la lencería es tan cara como necesaria.
Las con poco tienen la solución en el relleno, pero las apariencias llegan hasta el momento de sacar el brasier y volver a la diminuta realidad.
Las que tiene mucho están casi obligadas a usar tirantes de vieja, gruesos y antiestéticos y obvio son más propensas a que la gravedad haga lo suyo. Aquí me detendré ya que en este caso hay menos tipos para regodearse, los que más hay es de esos corpiños de veteranas que dejan los pechos “puntudos”, como si andar cantando Vogue a lo Madonna fuera algo cotidiano. Y los diseños son para quedar más deprimidas por lo que tocó en la repartija de pechuga.
Un comentario de un caballero por ahí decía que le gustan las grandes para mirar pero que a la hora de “intimar” como que lo ahogaba. Pero no hay que generalizar y así como he escuchado a algunos que les gustan más pequeñas la mayoría se va por el lado exuberante.
Dejaré de lado el tema de los implantes y del estrago que hace el embarazo y lactancia en las pobres, porque eso da mucho para hablar.
Que push up, con rellenos, deportivos, con o sin barba, reductores, tantos tipos para regodearnos pero en la talla y la copa está el dilema.
Aquí dejo una guía práctica para adquirir el indicado:
- Para determinar la copa, primero hay que medir pasando una huincha por encima de la copa, y luego volver a medir, pasando esta vez la huincha bajo las barbas del sostén. La diferencia entre estas dos medidas da la copa indicada, según la siguiente tabla. A (13 cm); B (15 cm); C (17 cm); D (19 cm); D (19 cm); DD (21 cm).