Sin caer en la tónica estándar de hacer balances de este año que se va con lo mejor o lo peor, buscando palabras cliché o mas bien usando frases casi poéticas manoseadas por miles de escritores aficionados (de los cuales puedo pertenecer a alguna categoría), agradeciendo y dejando de lado mi nuevo rol del que me siento orgullosa, sólo espero que el 2008 sea mejor, con menos episodios desafortunados, que la mala racha quede en el pasado, enterrado en este aprendido 2007 cargado de mágicos momentos interrumpidos por sombríos periodos, que los zigzagueantes estados de ánimo puedan encontrar su estabilidad en el 2008 y al fin disfrutar de lo afortunada que soy por lo que tengo para ser feliz.
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