Esto de deberle algo a alguien me tiene un poco intranquila.
Debo salidas, carretes, presentaciones sociales, repasar terapias, pagar cuentas económicas, pero lo que más me inquieta es tener presente que hace un mes más o menos de una página femenina me han dicho que les gustaría recibir textos míos y cuando te lo piden por primera vez y estas ocupada lo dejas pasar por unos días hasta que tengas tiempo, pero cuando ya te lo piden por segunda vez la exigencia es mayor, no sólo por el tiempo si no que por entregar alguna historia digna de lo que ellas dicen de un buen blog (refiriéndose a este).
Esto de ser deudora de tiempos, letras, palabras, visitas y uno que otro abrazo, me tiene inquieta y la exigencia más me bloquea, creo que necesito urgentemente un momento de tranquilidad y de meditación para reubicar las ideas y organizar mejor "mis deudas". Y qué decir de las deudas que tengo conmigo, ahí estoy en dicom hace mucho tiempo, pero es que no es fácil hacer tantas cosas en tan poco tiempo, las horas pasan volando y los días no se hacen nada.
Una cosa es que me llamen para "recordarme" alguna deuda de una multitienda y otra es muy distinta cuando la pantalla del teléfono te nombra la persona a la que le debes tiempo, ahí la morosidad te hace pensar en una milésima de segundo alguna chiva que al final por convicción e ideología personal terminas diciendo la verdad. Aunque no te la crean.
El tiempo nos delata, los deberes diarios nos acusan y la agenda sigue sumando cosas "por hacer" que se van trasladando para un futuro que al llegar se sigue postergando.
1 comentario:
Hey, Jude... don´t carry the world upon your shoulders...
Con las emociones al día, se viaja más liviano.
Tomate tu tiempo, heroína, y pon tus cuentas en orden.
Y después, que cada intercambio sea como un beso.
Felicidad sin límites!
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